Hace 50 años, la clase dominante chilena, los partidos liberales, religiosos y conservadores Y las FFAA chilenas,lideradas por Pinochet, dieron un golpe de Estado apoyado por el gobierno norte americano.
La socialdemocracia y su ala legalista de la Unidad Popular (los allendistas del Partido Socialista, el Partido Comunista, la Izquierda Cristiana, el Partido Radical y parte del MAPU) se negaron a armar el pueblo, por creer en el proceso de avance de reformas dentro del Estado chileno. El gobierno Allende aprobó la Ley de Control de Armas (1972, durante el gran paro de octubre) y desarmó el Cordón Industrial, organización masiva de trabajadores y trabajadoras que se encontraba dispuesta a resistir y avanzar el socialismo en Chile por medio de la insurrección y de la revolución social.
Inclusive, el Movimiento de la Izquierda revolucionaria(MIR), algunos alas del Partido Socialista de Chile (PS) y del Movimiento de acción popular unitaria (MAPU)aunque se hayan posicionado bien, no pudieron organizar las fuerzas militares para resistir a las acciones golpistas, estuvieron dependientes de las acciones del Estado Chileno, comandado por las fuerzas socialdemócratas legalistas lideradas por Salvador Allende.
El golpe fue construído dentro de las FFAA, bajo el liderazgo de Augusto Pinochet (del ejercito)y Gustavo Leigh (de la aeronautica), por los empresarios chilenos, liderados por Orlando Saenz Rojas y por organizaciones de ultraderecha, como la frente Patria y Libertad. Todos estos bajo el apoyo de los EEUU, comandado por Nixon y Kissinger, además del apoyo de la dictadura brasileña.
Las fuerzas socialdemócratas creyeron en la legalidad burguesa para mantenerse en el poder. Desarmaron el pueblo, dejándolo a voluntad de la fuerza represora del Estado. Así, fue posible el golpe. La acción final e individual de Allende en el palacio de la Moneda no contenía lo esencial: el pueblo en armas para combatir la clase dominante, evitar el golpe y hacer la guerra civil, la insurrección popular y la revolución social.